Río de la Loza # 1 col. Centro
Dos caras de tres mujeres, o casi, que con su descarado y descarnado cinismo y desinhibición mucho nos hacen reír. Todas intentan, platicándonos en tono de coloquial chisme sus azarosas y contrastantes experiencias, dejarnos una lección, o cuando menos una advertencia.
Tres monólogos interrumpidos por un meneíto musical al momento del intermedio. El espectador está expuesto a quedar involucrado, o por lo menos afectado, en las rotundas y certeras disquisiciones de las personajes, no se diga cuando aluden a su vida doméstica y sentimental. Por ejemplo, la ama de casa, con su hablar corriente y sus modos despatarrados, deja a la vista su avenencia con la vida-destino, sin omitir las causas de inconformidad con formas que da por obvias e inamovibles como las palizas que le atiza su marido, pobrecito, sometido a tantísimas presiones laborales, como reuniones de trabajo en lugares turísticos acosado por descocadas secretarias. De alguna manera ha de pagar por el chancludo privilegio y la fodonga comodidad de andar entubada mientras cocina, plancha, barre, trapea, lava y remienda la ropa, hace el mandado, lleva y recoge a los hijos de la escuela. La otra cara de la moneda viene cuando, no obstante su sumisa y callada abnegación, es abandonada por una anoréxica y bulímica opción dispuesta al ardoroso debut sentimental. Entonces nos entera ingenuamente cuánto abarca su carencia de información erótica, particularmente del arsenal de artilugios para la complacencia carnal. Su abrir de ojos incluye caer en la cuenta de las limitaciones de su instrucción que la sujetan a ocupaciones de poca monta.
De manera similar conocemos a una profesional exitosa cuyos aciertos le permiten una independencia y una solvencia que la relegan a la soledad, a dejar inconclusos sus anhelos o intentos sentimentales. Claudica en aras de éstos pero toma las comodidades por los afectos, se afana en convencerse de la satisfacción con lo que tiene claro son apariencias cuyo mayor mérito es la provocación de envidias, que engañosamente prefiere tomar como halagos y constatación de su encumbramiento en el jet set.
Una prostituta completa el trío de princesas y esclavas, o lo contrario, encomiando graciosamente la importancia social del servicio sexual, además de ilustrarnos con desparpajadas demostraciones acerca de la diversidad de atenciones disponibles en el mercado. Esta esmerada mujer no deja la atención al público al transformarse en una burócrata, o cosa parecida, y entonces nos plantea el cuestionamiento de la prostitución: la abierta y concreta operación comercial; y la corrupción de un servicio que involucra complicidades, fingimientos y ocultamientos en la utilización o no de recursos con un destino que solo por casualidad, accidente o equivocación alcanzan.
Presenta: Grupo Galatsia
De: Humberto Robles
De: Humberto Robles
Lugar: Neblinas HUB Cultural Café y Eco-tiendas Río de la Loza # 1 col. Centro
Funciones: Viernes de Noviembre 2012, 20:00 horas
Boleto: $60
Preferentemente para público de 15 años en adelante
Boleto: $60
Preferentemente para público de 15 años en adelante
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